jueves, junio 21, 2007

Algo de cruda realidad para las ingenuas

Nosotras acariciamos porque a ellos les gusta ser acariciados. A ti te duelen los pies y es tu problema. Nosotras nos tenemos que ver bien. Ellos pueden ser unos mamarrachos y lo aceptamos. Ellos pueden comer como animales frente a nosotras, pueden escupir y ser asquerosos. Nosotras nos comportamos pero aun así los soportamos. Ellos pueden babear horas frente al televisor con sus cavernícolas pies sobre la mesa. Ellos pueden roncar e incluso tener mal aliento. Ellos pueden engordar, ser fofos y tener el trasero caído. Nosotras no.

Nosotras nunca miramos a los amigos de nuestros hijos. Ellos se acostarían con sus nueras si pudieran.

Ellos pueden transpirar, botar comida en el mantel y bailar mal, moviendo ridículamente y con estertores sus ineptas extremidades.

Ellos pueden ser tan feos como sea posible y nosotras nunca dejaremos que se den cuenta. El, en cambio, te dirá en tu cara delicadamente cuanto desea acostarse con mujeres que valgan la pena, y que evidentemente vomitarían de sólo sentirlo cerca, porque la verdad es que sólo por amor es posible soportarlo.

El, comentará con sus amigos, con grotescas frases de macho recio, sobre lo que le harían a fulana o zutana. Que importa? Total, son sólo cosas que uno dice, bromas. Además, ojos que no ven corazón que no siente.

El te imaginará manoseándote con tu hermana, y con el al medio, y no sentirá culpa.

Siempre serán los amigos los que hagan esas cosas. Nunca es él. Él es candido. No de este planeta. Eres tú la que esta loca.

Ellos se pueden emborrachar y tirarse a quien quieran pero nunca van a ser como tú: “la mina curá” ni “la perra caliente”.

El, haciéndose el huevón, no despegará los ojos de la mina de la mesa del frente, de la que le vendió los zapatos, de la mina del afiche. No será una vez ni dos ni tres. Prepárate, ocurrirá a cada momento, pero tú no debes sentir por eso que eres el premio de consuelo, no debes sentirte fea ni poca cosa. Él no lo hace con esa intención. Sólo que no tiene la delicadeza de importarle lo que sientas.

Luego te mirará y sonreirá tiernamente. Siempre creen que no te das cuenta.

Debes ser más racional, no te pueden importar esas cosas. Piensa cuando tú ves al tipo ese que tanto te gusta. Tu, inocentemente piensas: “uf, que esta rico este huevón por Dios”, “ohh, viste ese trasero?”, “un pecado”, como se sentiría entre mis piernas?

No exageres, ves que no hay nada malo en ello?. Tú crees que a él le molestaría imaginarse las bromas que con tus amigas le hacen al vedetto de 1,90mt., piel tostada y calugas? No vas a hacer nada con el tipo, a quien puede importarle si le sonríes un poquito? Que tiene si baila moviendo su enorme falo a una distancia prudente de ti?

El es hombre, racional, inteligente, centrado, no una loca histérica como tu. Jamás se sentiría mal por estupideces.

Todo es igual. Solo que tu lo haces callada. El es evidente y se saborea delante de ti cuando ve “algo” que le gusta. Tú te lo callas pero lo sientes también. Él no se da cuenta.

Te ama, es cierto. Te ama más que a nadie en este planeta pero de que te sirve? Recuerdas a esos amates ligeros que tuviste. No te quisieron ni un poco. Tú a ellos menos. Sólo te hicieron sentir bien.

Anda conformándote porque es posible, si te quedas donde estás, que nunca más te hagan sentir igual.

posted by Sarah @ 1:24 p. m.   2 comments
 martes, junio 19, 2007

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posted by Sarah @ 3:06 p. m.   0 comments

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Flor